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   EL COMERCIO CON LA MUERTE




La maquinaria nazi desarrolló un sistema económico por el que el robo sistemático no solamente a la población judía sino al resto de comunidades y prisioneros en general también que desgraciadamente debieron de pasar por los campos de exterminio a lo largo y ancho de toda Europa.

Si en la misma Alemania hitleriana las casas y demás propiedades inmobiliarias con todo su contenido eran requisadas por jerarcas para enviar a sus legales propietarios a morir no menos importante y lucrativo fueron todos los campos de concentración y exterminio ya que empezando por el cabello de las mujeres y terminando por sus más íntimas propiedades como pueden ser sus dentaduras no tenían desperdicio alguno. Tal era la cantidad ingente de bienes dispuestos para ser expoliados que la SS creó una empresa propia conocida como “Operación Reinhard” que se ocupaba principalmente de asesinar a los prisioneros primero y robarles sus posesiones para clasificarlas y venderlas después. 

El inicio del despojo sistemático y lucrativo comenzaba desde la misma llegada de los trenes de la muerte a los campos de concentración y exterminio; la clasificación separaba hombres sanos a un lado para trabajar y el resto (mujeres, ancianos, niños y no aptos) destinados a las zonas de la muerte en la que el pelo de las prisioneras era rapado antes de ser asesinados. Este pelo humano era vendido principalmente a una empresa alemana llamada “Firma Alex Zink” que fabricaba fieltro; esta empresa compraba a campos de exterminio como Auschwitz toda su “producción” llegando a pagar la cantidad de unos 30.000 marcos por una remesa de 60 toneladas y cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial tenía preparada la compra de otras 7 toneladas. El ejército alemán también se lucraba de estos cabellos humanos ya que servía como relleno de colchón para sus tropas y, tratado en sus factorías, se transformaba en juntas estancas para submarinos y buques de la marina de guerra nazi.

Antes de pasar a las cámaras de gas los prisioneros eran engañados para dejar sus maletas mientras eran “desinfectados” y durante este proceso de ser gaseados otros prisioneros tenían la difícil tarea de abrir las maletas y clasificar su contenido en barracones dispuestos a este fin: Cepillos, gafas, joyas, fotografías, ropa útil, zapatos, navajas de afeitar, prótesis y un largo etcétera que sería imposible de detallar. Las ropas se registraban escrupulosamente en busca de algún objeto de valor escondido en bolsillos ocultos o entre las costuras. Si los guardianes de la SS sospechaban de que algún prisionero llevaban joyas en su estómago le obligaban a beber aguarrás para que vomitase.

No menos importante era la revisión dental; este registro bucal permitía descubrir piezas dentales de oro que inmediatamente eran arrancadas a sus propietarios para engrosar el botín nazi. Los sonderkommandos (prisioneros destinados a los hornos crematorios) tenían la orden directa de los guardianes de una vez abiertas la cámaras de gas registrar las bocas de las víctimas fallecidas en busca de dientes y muelas de oro para ser extraídas; si algún sonderkommando se apropiaba de alguna pieza y era descubierto inmediatamente era introducido vivo en el horno. Estos prisioneros descubrieron en muchas ocasiones a víctimas gaseadas a las que aún les quedaba algo de vida y en un acto de humanidad los ahogaban para evitarles una dolorosa muerte en el horno.

El 15 de Diciembre de 1943 se redactó un informe en que se contabilizaban todos los efectos de valor robados a las víctimas en los campos de exterminio de Polonia y se expresaba así:

Dólares norteamericanos: 1.100.000 en efectivo y 250.000 en monedas de oro.

Numeroso dinero en efectivo de 48 países.

Gran cantidad de monedas de oro de 34 países.

2.910 kilos de oro en lingotes.

18.734 kilos de plata en lingotes.

16.000 quilates en diamantes.

El informe terminaba con una valoración pasada a marcos alemanes:

Efectivo en zlotys polacos y marcos alemanes RM: 73.852.080.

Metales preciosos: RM: 8.273.651.

Moneda extranjera en efectivo: RM: 4.521.224.

Monedas de oro: RM: 1.736.554.

Piedras preciosas y otros objetos de valor: RM: 43.662.450.

Ropa: RM: 46.000.000.

   TOTAL (Reich Marks (R.M)): 178.645.960.

Una ínfima parte de estos robos aparecieron según Alemania fue tomada por las tropas aliadas; muchos oficiales nazis pactaron la reducción de las penas al entregar los productos de sus saqueos. Por ejemplo, el Mayor de la SS Kurt Haller von Hallerstein acordó un trato favorable por parte de los aliados si entregaba su botín por lo que el 25 de Mayo de 1945 acompañó a las tropas americanas a la localidad alemana de Garmisch en donde tenía escondido en un zulo casi 1 millón de dólares de la época en oro y joyas expoliadas a judíos (imagen 1).

Cualquier objeto que representase un valor en el mercado era robado inmediatamente por las tropas nazis y según su importancia sería entregado a quien representase una jerarquía similar. Todo era robado y escondido inmediatamente como libros incunables judíos del siglo XVIII (imagen 2), cuadros de grandes maestros de la pintura (imagen 3), etc... 

- Imagen 1 -
El Mayor SS Kurt Haller von Hallerstein acordó un trato favorable si entregaba su botín; la imagen recoge el momento de la entrega del dinero y joyas robados a los judíos.

- Imagen 2 -
Libros incunables de origen judío fueron expoliados a la población hebrea. Muchos fueron recuperados por las tropas aliadas.

- Imagen 3 -
Obras de arte robadas por toda Europa y de un valor incalculable son paulatinamente recuperadas. Muchas permanecen desaparecidas hoy en día.

Relación aproximada y no completa de objetos robados por tropas nazis principalmente a judíos:

21.903 obras de arte.

5.281 pinturas, pasteles, acuarelas y dibujos.

684 miniaturas, pinturas en vidrio y esmaltes, libros iluminados y manuscritos.

583 esculturas, terracotas, medallones y placas.

2.477 artículos de mobiliario de valor histórico artístico.

583 textiles entre tapices, alfombras, bordados y tejidos coptos.

5.825 objetos de arte como porcelanas, bronces, lozas, cerámicas, joyas, monedas y objetos de arte con piedras preciosas.

1.286 obras de arte de Extremo Oriente como bronces, esculturas, porcelanas, armas, biombos, etc...

259 obras de arte antiguas como gemas grabadas, terracotas, bronces, jarrones, joyas, etc..

Cuando a principios de 1945 las tropas aliadas desde el oeste y las rusas por el este comenzaron a liberar los campos de concentración y exterminio nazis el ejército alemán destruyó una gran parte de las instalaciones del largo concentracionario de la muerte pero esa pequeña parte que quedó entera horrorizó al mundo que empezó a confirmar lo que desde años atrás se sabía oficiosamente. Las tropas rusas que liberaron Auschwitz (Polonia) el 27 de Enero de 1945 encontraron almacenes sin volar que contenían varios cientos de miles de trajes masculinos, unos 835.000 vestidos completos de mujer, más de 6.350 kilos de cabello humano todo ello para ser reutilizado y comercializado inmediatamente.

Pero este gobierno nazi no solamente aumentó sus terribles arcas con estos métodos; la esclavitud del siglo XX en una Europa convulsionada tiene su máximo exponente en la venta y alquiler de prisioneros de los campos de concentración a cualquier empresa alemana dedicada a mantener la producción bélica en cualquiera de sus facetas.

Todos conocemos la calidad del acero alemán producido por las industrias Krupp pero esta empresa modélica utilizó a más de 250.000 prisioneros judíos en sus 81 factorías como esclavos y de los cuales varias decenas de miles murieron en sus trabajos. El mismísimo Hitler declaró en el Boletín Oficial de 1943 que “la empresa de Fried Krupp, empresa familiar desde hace ciento treinta y dos años, merece el más alto reconocimiento por sus incomparables esfuerzos para aumentar el potencial militar de Alemania”. Por esta esclavitud y durante el periodo bélico Krupp ganó más de 110 millones de marcos de la época pero también llevó a su propietario Fried Krupp a ser sentado en el banquillo de los acusados en el proceso de Nuremberg y sentenciado a 12 años de reclusión con la confiscación de todos sus negocios aunque en 1951 y por orden del Canciller Adenauer fue excarcelado y se le devolvió todo su patrimonio. Su comentario ante los Jueces fue “Nosotros necesitábamos ser dirigidos por una mano fuerte y dura. Esta era la mano de Hitler. Nos sentíamos satisfechos de los años que pasamos bajo su caudillaje” pero ni una sola palabra de su enriquecimiento ilícito por la esclavitud y muerte de los prisioneros. No solamente Krupp esclavizó a prisioneros sino una larga lista de empresas que hoy son consideras como respetables aumentaron sus ganancias considerablemente mediante el empleo de obreros esclavos.

La empresa Schaeffler niega haber usado pelo de judíos
de Auschwitz para fabricar tejidos para coches

LA VANGUARDIA.ES  -  04-03-2009

Un investigación de la cadena Spiegel TV revela que al término de la guerra
se encontraron 1,95 toneladas de pelo "rasurado de las víctimas"

Berlín/Varsovia. (EFE).- El fabricante alemán de componentes para coches Schaeffler, actualmente pendiente de recibir ayudas estatales por problemas de liquidez, negó que durante la II Guerra Mundial utilizara cabellos de judíos asesinados en Auschwitz para confeccionar textiles para automóviles.

El director de comunicación de la compañía, Detlef Sieverdingbeck, aseguró que esas informaciones aparecidas en varios medios a lo largo de las últimas semanas son "totalmente incorrectas".

Sieverdinbeck subrayó que el historiador encargado de investigar el pasado de la compañía durante la II Guerra Mundial, Detlef Schöllgen, nunca halló indicios de que la empresa, ubicada entonces en la localidad de Kietrz, en la actual Polonia, utilizara pelos de judíos asesinados en las cámaras de gas de Auschwitz.

El propio Schöllgen corroboró a Efe la versión de Sieverdingbeck y aseguró que en los dos años que duró su investigación (2005 y 2006) basada en el análisis de todo tipo de actas relacionadas con la empresa en Alemania y Polonia "nunca hallamos ni una sola pista que condujera a Auschwitz o al complejo relacionado con el cabello de prisioneros". Las sospechas que apuntan en esa dirección fueron formuladas recientemente por el subdirector del departamento de investigación del Museo de Auschwitz, Jacek Lachendro.

En declaraciones al programa de televisión Spiegel TV, Lachendro dijo que al término de la guerra se encontraron 1,95 toneladas de pelo, "rasurado de las cabezas de las víctimas antes de que fueran gaseadas", en la fábrica de textiles de Schaeffler.

Además, Lachendro mostró una bala de ropa presuntamente fabricada con el pelo humano hallada supuestamente en la fábrica al término de la guerra.

Por otra parte, Lachendro aseguró que existen transcripciones del interrogatorio de antiguos trabajadores de la fábrica que afirman que en 1943 dos vagones de tren cargados de pelo llegaron a la fábrica de Kietrz.

Los análisis realizados posteriormente por las autoridades polacas revelaron que se trataba de pelo humano que contenía restos de Zyklon B, el veneno empleado en las cámaras de gas de Auschwitz.

También el responsable de prensa del museo de Auschwitz, Jarek Mensfelt, aseguró hoy a Efe que al término de la II Guerra Mundial se encontraron en la antigua fábrica de textiles casi dos toneladas de cabello de prisioneros de campos de concentración.

La proximidad de esta fábrica con el campo de exterminio de Auschwitz (a apenas tres horas en coche), hace pensar que el cabello podía provenir de estas instalaciones, las más mortíferas puestas en marcha por los nazis, donde murieron más de un millón de judíos. "A pesar de todo no se puede afirmar con total seguridad que el pelo viniese de prisioneros judíos recluidos en Auschwitz", explicó Mensfelt, ya que existieron otros campos de concentración donde también murieron miles de personas.

Schöllgen, por su parte, insistió en que no podía comentar aseveraciones relacionadas con algo que él mismo nunca pudo corroborar y alentó a los responsables de Auschwitz a dar evidencia de lo que se está asegurando.

El historiador, quien sí descubrió durante sus investigaciones que Schaeffler, como tantas otras empresas alemanas en la época, empleó a trabajadores forzosos durante la guerra, mostró su extrañeza de que si las acusaciones del cabello eran conocidas en Polonia, no se utilizaran durante el juicio que se siguió en ese país contra uno de los dos fundadores de la empresa, Wilhelm Schaeffler.

El cuñado de la propietaria actual, Maria-Elisabeth Schaeffler, adquirió en 1940 la citada fábrica, que había pertenecido a un judío huido años antes de los nazis. En 1942, la empresa fabricó material de armamento para los nazis, además de mantener una planta textil.

En 1946, Wilhelm Schaeffler fue detenido por soldados americanos y entregado a las autoridades polacas, que le condenó por haber participado en la liquidación de propiedades judías y polacas.

Tras pasar en la cárcel cuatro años, fue puesto en libertad en 1951.

 


   GALERÍA FOTOGRÁFICA




 


   IMAGEN RELACIONADA




Parte de un informe secreto, fechado el 2 de Febrero de 1943, del Jefe de la Oficina General Económica y Administrativa de la SS Oswald Pohl en el que detalla el envío desde los campos de exterminio de Auschwitz y Majdanek (ambos en Polonia) de un total de 824 vagones conteniendo ropa y calzado robados a las víctimas asesinadas y otro vagón más cargado con cabello femenino.

 


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