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31-07-2011

 

  PRINCIPIOS BÁSICOS DEL MOVIMIENTO NAZI


01.  

No existe más que una doctrina política: la de nacionalidad y patria. Tenemos que asegurar la existencia y el incremento de nuestra raza y de nuestro pueblo, para que nuestro pueblo cumpla la misión que el Supremo Creador le tiene reservada.

02.  

El Estado es el recipiente; el pueblo es el contenido. El Estado tiene su razón de ser sólo cuando abarca y protege el contenido. El Estado no es un fin en sí mismo.

03.

El parlamentarismo democrático no tiende a constituir una asamblea de sabios, sino a reclutar más bien una multitud de nulidades intelectuales, tanto más fáciles de manejar cuanto mayor sea la limitación mental de cada uno de ellos. Sólo así se puede hacerse política partidista en el sentido malo de la expresión.

En oposición a este parlamentarismo democrático está la genuina democracia germánica de la libre elección del Führer, que se obliga a asumir toda la responsabilidad de sus actos. La democracia del mundo occidental de hoy (entre 1930-1940) es la precursora del marxismo, el cual sería inconcebible sin ella. Es la democracia la que en primer término proporciona a esta peste mundial el campo de nutrición de donde la epidemia se propaga después. En el parlamentarismo no hay ningún responsable. La idea de la responsabilidad presupone la idea de la personalidad.

04.

El fuerte es más fuerte cuando está solo. Una ideología que irrumpe tiene que ser intolerante y no podrá reducirse a jugar el rol de un simple partido junto a otro. El Cristianismo no se redujo sólo a levantar su altar, sino que obligadamente tuvo que proceder a la destrucción de los altares paganos. El futuro de un movimiento depende del fanatismo, si se quiere de la intolerancia con que sus adeptos sostengan su causa y la impongan frente a otros movimientos de índole semejante.

05.

El fuerte es más fuerte cuando está solo. Una ideología que irrumpe tiene que ser intolerante y no podrá reducirse a jugar el rol de un simple partido junto a otro. El Cristianismo no se redujo sólo a levantar su altar, sino que obligadamente tuvo que proceder a la destrucción de los altares paganos. El futuro de un movimiento depende del fanatismo, si se quiere de la intolerancia con que sus adeptos sostengan su causa y la impongan frente a otros movimientos de índole semejante.

06.  

Pueden coartarse las libertades siempre que el ciudadano reconozca en estas medidas un medio hacia la grandeza nacional.

07.  

El obrero de Alemania debe ser incorporado al seno del pueblo alemán. La misión de nuestro movimiento en este orden consiste en arrancar al obrero alemán de la utopía del internacionalismo, libertarle de su miseria social y redimirle del triste medio cultural en que vive.

El Sistema Nazi practica el socialismo como un instrumento de justicia social, pero no como un instrumento de influencia judía. Al privarlo de esta venenosa característica, automáticamente se convierte en enemigo del falso socialismo internacional.

08.

La exaltación del grupo social no se logra por el descenso del nivel de los superiores, sino por el ascenso de los inferiores. El obrero atenta contra la patria al hacer demandas exageradas; del mismo modo, no atenta menos contra la comunidad del patrón que por medio inhumanos y de explotación egoísta abusa de las fuerzas nacionales de trabajo, llenándose de millones a costa del sudor del obrero.

09.

Nuestro movimiento está obligado a defender por todos los medios el respeto a la personalidad. La personalidad es irremplazable. Las minorías hacen la historia del mundo, toda vez que ellas encarnan, en su minoría numérica, una mayoría de voluntad y de entereza. 

No es la masa quien inventa, ni es la minoría la que organiza y piensa; siempre es el individuo, es la personalidad, la que por doquier se revela. Deberán colocarse cabezas por encima de las masas y hacer que éstas se subordinen a aquellas. La idea Nazi tiene que diferenciarse fundamentalmente de la del marxismo en el hecho de reconocer la significación de la personalidad.

10.

Establecer mejores condiciones para nuestro desarrollo. Anulación de los depravados incorregibles. En el teatro y en el fin, mediante literatura obscena y prensa inmunda, se vacía en el pueblo día por día veneno a borbotones. Y sin embargo, se sorprenden los estratos burgueses de la "falta de moral" como si de esa prensa inmunda, de esas fotografías disparatadas y de otros factores semejantes, surgiese para el ciudadano el concepto de la grandeza patria. El problema de la nacionalización de un pueblo consiste, en primer término, en crear sanas condiciones sociales.

11.  

Supresión de la influencia extranjera en la prensa. Aquello que denominamos "opinión pública" se basa sólo mínimamente en la experiencia personal del individuo y de sus conocimientos; y depende casi en su totalidad de la idea que el individuo se hace de las cosas a través de la llamada "información pública", persistente y tenaz.

12.  

La misión educadora no consiste sólo en insuflar el conocimiento del saber humano. En primer término deben formarse hombres físicamente sanos. En segundo plano está el desarrollo de las facultades mentales, y en lugar preferente, la educación del carácter, y sobre todo, el fomento de la fuerza de voluntad y de decisión, habituando al alumno a asumir gustoso la responsabilidad de sus actos. Como colorario viene la instrucción científica. Las ciencias exactas están amenazadas de descender cada vez más a un plano de exclusivo materialismo; la orientación idealista deberá ser mantenida a manera de contrapeso.

13.

Así como la instrucción es obligatoria, la conservación del bienestar físico debe serlo también. El entrenamiento corporal tiene que inculcar en el individuo la convicción de su superioridad física. El ejercicio físico no es cuestión personal de cada uno. No existe la libertad de pecar a costa de la prole. Basta analizar el contenido de los programas de nuestros cines, variedades y teatro para llegar a la irrefutable conclusión de que no son precisamente alimento espiritual que conviene a la juventud. Nuestra vida de relación tiene que ser liberada del perfume estupefaciente, así como del pudor fingido, indigno del hombre.

14.

El Estado debe cuidar que sólo los individuos sanos tengan descendencia. Debe inculcar que existe un oprobio único: engendrar estando enfermo. No debe darse a cualquier degenerado la posibilidad de multiplicarse, lo cual supone imponer su descendencia y a los contemporáneos de estos indecibles penalidades.

15.

Los hombres no deberán preocuparse más de la selección de perros, caballos y gatos, que de levantar el nivel racial del hombre mismo.

16.  

El matrimonio deberá hacerse posible a una más temprana edad y han de crearse los medios económicos necesarios para que una numerosa prole no se reciba como una desventura.

17.  

El Partido permitirá al niño más pobre la pretensión de elevarse a las más altas funciones si tiene talento para ello. Nadie debe tener automáticamente derecho a un ascenso. Nadie puede decir: "ahora me toca a mí". Precedencia de talento. No hay otra regla.

18.

La mezcla de sangre extraña es nociva a la nacionalidad. Su primer resultado desfavorable se manifiesta en el superindividualismo de muchos.

19.

Los partidos políticos nada tienen que ver con las cuestiones religiosas mientras éstas no socaven la moral de la raza; del mismo modo, es impropio inmiscuir la religión en manejos de política partidista. Las doctrinas e instituciones religiosas de un pueblo debe respetarlas el Führer político como inviolables; de lo contrario, debe renunciar a ser político y convertirse en reformador, si es que para ello tiene capacidad.

20.

Quien ama a su patria prueba ese amor sólo mediante el sacrificio que por ella está dispuesto a hacer. Un patriotismo que no aspira sino al beneficio personal, no es patriotismo. 

Solamente puede uno sentirse orgulloso de su pueblo cuando ya no tenga que avergonzarse de ninguna de las clases sociales que lo forman. Pero cuando una mitad de él vive condiciones miserables e incluso se ha depravado, el cuadro es tan triste que no hay razón para sentir orgullo. Las fuerzas que crean o que sostienen un Estado son el espíritu y la voluntad de sacrificio del individuo en pro de la colectividad. Que estas virtudes nada tienen de común con la economía, fluye en la sencilla consideración de que el hombre jamás va hasta el sacrificio por esta última, es decir, que no se muere por negocio, pero sí por ideales.

21.

Luchar contra la orientación perniciosa en el arte y en la literatura.

22.

Es cuestión de principio que el hombre no vive pendiente únicamente del goce de bienes materiales. Es posible que el oro se haya convertido hoy en el soberano exclusivo de la vida, pero no cabe duda de que un día el hombre volverá a conciliarse ante dioses superiores. Y es posible también que muchas cosas del presente deban su existencia a la sed del dinero y de fortuna, más es evidente que muy poco de todo esto representa valores cuya no existencia podría hacer más pobre a la humanidad.



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