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Kurt Gerstein







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   KURT GERSTEIN Y EL GAS ZYKLON-B




Kurt Gerstein nació en Munster (Alemania) el 11 de Agosto de 1905 y tras sus estudios de química y de ingeniería de Minas en los cuales destacó, fue reclamado para integrarse en la SS

Con la determinación de la "Solución Final" se le requirió para el desarrollo del gas Zyklon-B sin saber cual era el destino de este gas pero cuando se le invitó a ver los resultados en los campos de exterminio se dio cuenta de que su trabajo estaba destinado al asesinato masivo de hombres, mujeres y niños de forma indiscriminada; horrorizado por lo que vio acudió a amistades de la iglesia católica que no quiso saber nada de sus declaraciones; el Papa Pío XII, cabeza de la cristiandad, prefirió cerrar los ojos y dar la mano al nazismo; contactó con embajadores de diversos países como Suecia que aunque no pudieron hacer nada directamente si contribuyeron a evacuar judíos de forma clandestina y sacarlos de los territorios nazis. Una vez acabada la II Guerra Mundial, Kurt Gerstein fue detenido y se suicidó el 25 de Julio de 1945, días antes de comenzar los Juicios de Nuremberg

Durante algunos años su nombre ha estado asociado a los demás criminales de guerra y contra la humanidad pero tras ser investigada y verificada su historia, su nombre ha sido limpiado y exculpado. Hoy en día el nombre de Kurt Gerstein está unido a un SS que luchó contra su propio mundo.


 


   Un espÍa en el corazÓn de la quÍmica nazi 
   - Zyklon B, lo sabÍan los estadounidenses 





   EL DOCUMENTO GERSTEIN




El DOCUMENTO GERSTEIN, extracto de las declaraciones del Teniente del ejército alemán Kurt Gerstein ante el Tribunal Militar Internacional en calidad de inventor del gas Zyklon-B que se usó como elemento asesino en las cámaras de gas de los campos de exterminio nazi.

(P. S. 1553 - R. F. 350) Rechazado en Nuremberg

"El tercer campo de exterminio de que se ha tratado (en la sesión del 6 de Junio del proceso Eichmann), el de Belzec, entre Lublin y Lemberg, no dejó más que un solo superviviente después de la guerra, fallecido posteriormente. El ministerio público se apoya en una serie de declaraciones efectuadas ante los oficiales aliados por Kurt Gerstein, teniente.

En los primeros días de Mayo de 1945 (que yo sepa, la fecha exacta no ha sido dada nunca), las tropas francesas ocuparon Rottweil (Wurtemberg), donde hicieron prisionero a un tal Kurt Gerstein: llevaba el uniforme de las SS con la calavera y, en el uniforme, la hombrera de Obersturmführer (comandante). Sin duda este fue el motivo (aunque afirmarlo sería temerario) por el cual, en vez de tratarle como a los otros oficiales, se le trasladó a París, donde fue encerrado «a cal y canto» en la prisión de Cherche-Midi.

[242] Una mañana del siguiente mes de Julio se le encontró muerto en su celda: se había suicidado durante la noche. ¿Qué mañana? Nunca se ha dicho (siempre que yo sepa), ni tampoco el medio de que se valió para suicidarse.

En aquellos momentos, por otra parte, el hecho no parece que saliera a la luz pública. 

Sólo en Enero de 1946 algunos indiscretos de nota empezaron a hablar de él. El primero y más notorio de esos indiscretos fue M. Dubost, fiscal francés en el Tribunal de Nuremberg: en los archivos de la delegación norteamericana, había descubierto cierto número de facturas de Zyklon-B suministrado a los campos de concentración de Auschwitz y de Oranienburg por la Degesch Gesellschaft de Frankfut/M., unidas a un relato en francés firmado por Kurt Gerstein y fechado en Rottweil el 4 de Mayo de 1945.

De lo cual se infiere que los franceses, que habían encontrado al hombre, si bien se habían olido que se trataba de un personaje importante, no habían encontrado los documentos, es decir, que en contra de una costumbre bastante corriente, el uno no llevaba los otros. Cómo los encontraron los norteamericanos es cosa que nunca se supo y que ahora, verosímilmente, no se sabrá ya. Los norteamericanos, por otra parte, no se habían dado cuenta de la importancia de los documentos y no los habían juzgado dignos de ser presentados como prueba contra los acusados ante el Tribunal.

Afortunadamente, allí estaba M. Dubost: el 30 de Enero de 1946, los sacó de su cartera de mano y los presentó bajo la referencia P.S. 1553 - R.F. 350.

Y he aquí lo que pasó...

Pero, ante todo, ¿quién era Kurt Gerstein?

La lectura de los 42 volúmenes del Informe del Proceso de Nuremberg no permite contestar a esta primera pregunta: por motivos que el lector no tardará en comprender, el Tribunal, en efecto, no quiso oír hablar ni de Kurt Gerstein, ni de su relato: del montón de documentos presentados por M. Dubost sólo conservó dos facturas con fecha del 30 de Abril de 1944, cada una de ellas de 555 Kg. de Zyklon B, una para Auschwitz, otra para Orianenburg.

El día siguiente, 31 de Enero de 1946, sin embargo, los periódicos del mundo entero reproducían sin pestañear y cada uno a su manera el relato de Kurt Gerstein, cuya lectura había sido rechazada por la Sala, en una forma tal que nadie podía dudar de su autenticidad y de su admisión como prueba por el Tribunal.

De aquella «ofensiva de prensa», procede la explotación que se ha venido haciendo desde hace quince años de aquel documento -- cada uno se gana la vida como puede --, por parte de les eminentes historiadores salidos de la Escuela Normal Superior de la Rue de la Libération -- sic -- (Fundador: el Padre Loriquet) tales como M. M. Poliakov (El Breviario del Odio. ¡Qué hermoso título!) y algunos otros como los alemanes (¡bien teñidos, desde luego!) H. Krauschnik (Documentación sobre el exterminio por los gases), J. J. Heydecker y J. Leeb (El Proceso de Nuremberg), Gerhardt Schoenberner (La estrella amarilla), etc. (Debe disculpárseme el que no haya leído más que esos libros: no pueden leerse todos, especialmente tratándose de esa clase de literatura... ), todos los cuales se aprovechan ahora ricamente del Proceso Eichmann. Después de un año de publicidad alrededor de este último proceso se les ve, en efecto, unos junto a otros, remontarse al primer plano de la actualidad como la hez en los fondos de los toneles... con dificultades, es cierto, ya que no estamos en 1946 y la opinión pública es, afortunadamente, un poco más exigente...

Por lo que puede deducirse de los escritos de esos brillantes historiadores, Kurt Gerstein era un ingeniero químico. En 1938, tuvo dificultades con la Gestapo y fue internado en el campo de concentración de Welzheim. Cómo consiguió salir de él es cosa que no se sabe. El caso es que en 1941 aparece en las SS -- a las que se había alistado, dijo, para sabotear desde el interior la obra de exterminio (!) --, y en 1942, en las Waffen SS, con el grado de Obersturmführer, en la «sección higiene» (Abt. der Entwesung un der Entseuchung) del servicio sanitario central (Hauptampt des Sanitatdienste). En concepto de tal, estaba encargado de recibir los pedidos de Zyklon-B utilizado por la Reichswehr como desinfectante desde 1924, y luego por la Wehrmacht, ya que ésta no tenía la suerte de conocer el D.D.T. Esos pedidos los transmitía, con la orden de entrega, a la Degesch Gesellschaft de Frankfurt/M. o a su filial, la Testa de Hamburgo. Y, naturalmente, Gerstein recibía las facturas...

Los hechos que cuenta -- sería más exacto decir que se encuentran en el relato que se le atribuye -- se sitúan en 1942

[244] El 8 de Junio de aquel año, pues, Gerstein recibió en su oficina al SS Sturmführer Gunther, el cual le dijo que necesitaba urgentemente 100 kilogramos de Zyklon-B para llevarlos a un lugar que sólo debía conocer el chofer del camión.

Unas semanas después, el chofer del camión en cuestión se presentó acompañado por Gunther: se cargaron los 100 kilogramos de Zyklon-B, Gerstein subió al camión y éste se dirigió primeramente a Praga y luego a Lublin, donde llegaron el 17 de Agosto. El mismo día se entrevistaron con el Gruppenführer (general) Globocknick, encargado del exterminio de los judíos en el Warthegau, el cual no había encontrado aún otro medio para llevar a cabo su tarea más que... los gases de escape de los motores Diesel (!), los cuales hacía llegar a cámaras especialmente dispuestas al efecto.

Naturalmente, el Gruppenführer, que tenía el sentido de la lógica, empezó por contarlo todo. En su región, existían tres instalaciones para exterminar a los judíos con los gases Diesel: Belzec, en primer lugar (en la carretera de Lublin a Lwow), con una capacidad de 15.000 personas por día; Sobibor (¡el Gruppenführer no sabía exactamente donde se encontraba!), con una capacidad de 20.000 personas por día; Treblinka (a 120 km. al N.N.E. de Varsovia, sin indicación de capacidad en M. Poliakov, aunque Heydecker y Leeb concretan: 20.000 personas por día, ya que aquel singular documento no hablaba el mismo idioma para unos y para otros... ). Una cuarta instalación, Majdanek, se hallaba en período de preparación, pero nadie ha dado ninguna indicación acerca de su emplazamiento ni de su capacidad prevista. Para decirlo todo acerca de este punto, hay que añadir que, en La estrella amarilla (edición alemana) de M. Gerhardt Schoenberner, esa parte del documento no aparece reproducida: se trata, sin duda, de otro método histórico (!). Sin embargo, citando aquellas cuatro localidades, M. Gerhardt Schoenberner pone en pluma de Gerstein una capacidad total de 9.000 personas por día para las cuatro instalaciones (!).

Del Breviario del odio, de M. Poliakov, y de la Documentación sobre el exterminio por los gases, de M. Krauschnick, se deduce también que el Führer estuvo en Lublin la antevíspera, 15 de Agosto, en compañía de Himmler, y que ambos habían ordenado

[245] «acelerar toda la acción». Pero esta parte del documento no está reproducida, ni en La estrella amarilla de Schoenberner, ni en El Proceso de Nuremberg de Heydecker y Leeb.

Finalmente, Globocknick -- siempre de acuerdo solamente con aquellos dos autores -- puso a Kurt Gerstein al corriente de su misión: mejorar el servicio de las cámaras de gas, especialmente mediante la utilización de un gas más tóxico y de manejo menos complicado.

Luego se separaron, después de haber decidido verse al día siguiente sobre el terreno, en Belzec.

Y, después de haber dicho lo que le han contado, Gerstein cuenta lo que ha visto...

Al llegar a Belzec el 18 de Agosto, M. Kurt Gerstein empezó por visitar el campo acompañado por una persona que Globocknick puso a su disposición. M. Poliakov no ha podido leer el nombre de esa persona. Pero, esforzándose un poco, ha creído deletrear «Wirth»: más afortunado que él, M. Schoenberner ha podido leer claramente «SS Hauptsturmführer Obermeyer de Pirmasens». Lo malo es que cuando habla del SS Wirth, que es otra persona distinta a la citada por M. Poliakov, M. Schoenberner le coloca el grado de «Hauptmann»... el cual no ha existido nunca en las SS.

Sea como sea, el caso es que en el curso de aquella visita Gerstein vio las cámaras de gas, operando con los gases de escape de los Diesel y las midió: 5 x 5=25 m2 de superficie, 1,90 m. de altura=45 m3, según sus cálculos: pasaremos por alto los 2,5 m3 de error. Krauschnick, Heydecker, Leeb y Schoenberner, por otra parte, tampoco han dicho nada. Más cuidadoso de la verosimilitud, M. Poliakov ha corregido el documento: 92 m2 de superficie, ha calculado él (Breviario del odio, pág. 223, segunda edición -- no he leído la primera --), sin otras indicaciones, lo cual resulta mucho más prudente.

Pero, ¡cuánta razón tenía al corregir el documento! A continuación, Kurt Gerstein cuenta, en efecto, que el 19 de Agosto vio las cámaras de gas -- cuatro, dicen unos, diez, protestan los otros -- en acción.

A primera hora de la mañana, un tren de judíos con 6.700 personas -- M. Poliakov ha leído 6.000 --, hombres, mujeres y niños, contenidos en 45 vagones (de 148 a 150 personas por vagón pues, y para los que conocen los vagones polacos de mercancías la carga [246] exacta), llegó de Lemberg a la estación de Belzec, situada al borde mismo del campo...

200 ucranianos, látigo en mano, se lanzan contra las portezuelas, las arrancan (!) y obligan a descender a todo el mundo bajo la protección de otros ucranianos, fusil en mano... El «Hauptmann de las SS» Wirth dirige la maniobra, ayudado de algunos de sus SS. Desnudarse enteramente, dejarse cortar los cabellos después de haber entregado todas las pertenencias de valor, y en marcha hacia las cámaras de gas.

«Las cámaras se llenan. «¡Apretarse bien!», ha ordenado el «Hauptmann» Wirth. Los judíos se ponen de puntillas: de 700 a 800 en 25 m2 y 45 m3. El SS no cesa de refunfuñar. Las puertas se cierran», dice M. Schoenberner en La estrella amarilla; pero, con un estilo parecido, los otros dicen lo mismo, a excepción de M. Poliakov, que se mantiene en sus 93 m2 de superficie.

En lo que todo el mundo está de acuerdo, en cambio, es en la duración de la operación, medida por Gerstein, cronómetro en mano: primeramente, las 700 u 800 personas prensadas en las cámaras de gas han tenido que esperar 2 horas y 49 minutos que el motor Diesel consintiera en ponerse en marcha, tras lo cual ha habido que esperar aún 32 minutos para que todo el mundo estuviera muerto. Cronómetro en mano, repito...

Esa es la historia macabramente rocambolesca que M. Dubost -- no un cualquiera: un fiscal, y sin duda prestigioso, puesto que fue escogido para representar a Francia en Nuremberg -- quiso que admitiera el Tribunal Internacional el 30 de Enero de 1946.

El Tribunal no la admitió: demos al César... Pero apresurémonos a añadir que, para que no la admitiera, su exageración tenía que ser descomunal, ya que, en otros casos, se tragó, sin esfuerzo aparente, otros muchos relatos de la misma «categoría».

Ello no impidió que, al día siguiente, 31 de Enero de 1946, la prensa mundial presentara la historia del tal Kurt Gerstein como un documento auténtico e indiscutible".

 


   IMÁGENES RELACIONADAS




Nombramiento de Odilo Globocnik como Jefe 
de la Policía del distrito de Lublin (Polonia)

Documento dirigido a Kurt Gerstein 
sobre un pedido de gas Zyklon-B.

 


   DOCUMENTO ADICIONAL




Véase el documento "Las confesiones de Kurt Gerstein", por Henri Roques.

 


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